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Factores en el compostaje
Un tamaño entre 1 y 5 cm resulta idóneo. La elevada presencia de materiales gruesos ralentiza la descomposición. Si hay muchos, conviene trocearlos.
El troceado y la fragmentación previa facilitan el proceso de degradación y descomposición, ya que presenta mayor superficie para ser atacada por los microorganismos.
Si los materiales son demasiado finos, la pila se compacta y dificulta el intercambio de aire y agua con el exterior.
Lo importante es que se consiga una equilibrada proporción entre materiales finos y gruesos, para que queden suficientes espacios aireados (ej. mezcla de césped y ramas).
Materiales ricos en nitrógeno
Estiércol de aves
Césped
Posos de café
Restos de frutas y verduras
Materiales ricos en carbono
Ramas gruesas
Serrín
Papel/cartón
Virutas de madera
Cortezas
Paja
Agujas de pino
Hojas de haya, roble
Materiales equilibrados en carbono y nitrógeno
Ortigas
Hojas de árboles frutales y de arbustos
Estiércol de ganado
Ramas finas
Nota: Los materiales ricos en nitrógeno aceleran el proceso de descomposición, pero aportan poco humus. Los materiales ricos en carbono ralentizan la descomposición, pero a cambio se obtiene abundante humus.
Los microorganismos que degradan la materia orgánica para convertirla en compost son aerobios, es decir, necesitan oxígeno para sus actividades.
Para que toda la pila de compost esté bien aireada, conviene:
- Mezclar bien materiales finos y gruesos.
- Voltear la pila una vez a la semana para que el material no se compacte demasiado ni esté muy húmeda.
La mayor parte de los microorganismos necesitan un míimo de humedad para vivir. El exceso de agua produce encharcamientos e impide que haya aire en la pila. El material se pudre, provocando malos olores. Los niveles óptimos de humedad están entre un 40 y un 60%. Para comprobar si hay suficiente humedad, se puede coger un puñado de compost y apretarlo con la mano. Si al apretarlo se humedece la mano pero no escurre agua entre los dedos, la humedad es óptima.
Nota: Si hay demasiada humedad conviene añadir materiales secos: paja, ramas finas, corteza, serrín, papel/cartón.
Si no hay suficiente humedad se pueden añadir materiales frescos: restos de frutas y verduras, césped recién cortado. Si con esto no es suficiente, se puede regar ligeramente la pila.
En el compostaje doméstico, la degradación de la materia orgánica se produce a temperaturas entre 35 y 65 ºC.
Es importante mantener la pila en ese rango de temperaturas, porque:
– A esta temperatura “trabajan” los microorganismos que degradan la materia orgánica.
– La mayor parte de los organismos patógenos, parásitos y semillas de malas hierbas, se eliminan a elevada temperatura.
Si la temperatura supera los 75ºC, hay que enfriar la pila volteándola o regándola, ya que a estas temperaturas los microorganismos que toman parte en el proceso de compostaje mueren.
Si la temperatura es inferior a 35ºC, los microorganismos “trabajan” más despacio.
Y puede deberse a:
- Que la pila de compost sea muy pequeña. En ese caso, habrá que añadir más material.
- Que el material este demasiado seco o falte nitrógeno.
- A partir del 2º o 3º día la temperatura asciende a 50-60ºC.
- Durante los siguientes 15-20 días se mantiene entre 65 y 75ºC.
- A partir de las dos o tres semanas, la temperatura disminuye, hasta alcanzar la temperatura ambiente.